La mala salud y la mala nutrición de la madre embarazada, la influencia de factores perniciosos en la vida intrauterina, el peso bajo al nacer (menos de 2.500 gramos) y los traumas en la primeria infancia pueden ocasionar problemas acumulativos para el desarrollo. La combinación de estos factores de riesgo es una causa de mortalidad entre los lactantes y ni nos pequeños, pero un número mucho mayor de niños sufren lesiones cerebrales en diversos grados, lo que produce diferentes formas de incapacidad física y mental (Sameroff y Chandler, 1975). En los países en desarrollo se dispone de pocos datos sobre la salud y la nutrición de la madre en etapa prenatal, así como sobre las condiciones intrauterinas. Sin embargo, se dispone de alguna información sobre el peso bajo al nacer.
El peso bajo al nacer resultante de la malnutrición intrauterina hace a los niños vulnerables. En los paises industrializados, dos terceras partes de los niños que nacen con peso bajo son prematuros, mientras que, en los países en desarrollo, las tres cuartas partes de los niños de peso bajo nacen al término normal del embarazo. En otras palabras, los niños de peso bajo al nacer en los países en desarrollo están malnutridos desde la concepción, como lo están sus madres durante el embarazo. La incidencia del peso bajo al nacer es mucho mayor en los países en desarrollo -hasta el 25% de todos los niños nacidos vivos, en comparación con una cifra que va del 6 al 9% en Europa (Organización Mundial de la Salud, 1980).
MALNUTRICIÓN
CARENCIAS DE MICRONUTRIENTES
que las carencias de micronutrientes (carencias de vitaminas y minerales) suelen estar vinculadas a la malnutrición proteínico-calorías, los programas especiales para subsanar esas carencias se justifican en algunos casos. La anemia nutricional, que reduce la capacidad de trabajo en todas las edades y afecta la atención y la capacidad de aprendizaje de los niños, está muy extendida. La carencia de hierro es la causa principal, pero también es importante la carencia de ácido fólico, especialmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. La carencia de yodo tiene una alta incidencia en algunos países en desarrollo; se la suele asociar con el cretinismo, que es una forma extrema de retraso mental, y con lo sordomudez. Otras formas más leves de carencia de yodo durante el embarazo o en la infancia pueden ser la causa de síntomas neurológicos más leves. Se ha estimado que, en un momento determinado, por lo menos 600 millones de personas de todas las edades sufren de carencia de yodo (Matovinovic, 1983). La carencia de vitamina A también tiene una alta incidencia en muchos países en desarrollo y se asocia, en su forma extrema, con la ceguera (xeroftalmia). En los lugares en que se protege a los niños del sol, como en el Oriente Medio o China, es común el raquitismo (carencia de vitamina D).
El cuerpo humano tiene una considerable capacidad de adaptación y puede ajustarse el consumo bajo de ciertos nutrientes. Sin embargo, esta capacidad tiene un límite y las carencias múltiples en muchos casos pueden tener efectos sinérgicos negativos. Por lo general, el remedio consiste en un régimen alimenticio adecuado y equilibrado, aunque pueden necesitarse medidas adicionales en el caso de la carencia de yodo, hierro y vitaminas A y D. A veces se dispone de alimentos adecuados, pero no en suficientes cantidades y la solución consiste en impartir conocimientos en materia de nutrición. Sin embargo, en muchos casos no se podrán lograr resultados significativos si no se presta atención a la producción, distribución y consumo de alimentos nutritivos. Al mismo tiempo, el estímulo que ayuda al desarrollo psicosocial del niño también contribuye al éxito de cualquier programa destinado a mejorar su nutrición.
LA MALNUTRICIÓN PROTEÍNICO-CALÓRICA
La malnutrición proteínico-calórica es uno de los problemas nutricionales y sanitarios más frecuentes en todo el mundo. Existen notables diferencias clínicas y funcionales entre la malnutrición proteínico-calórica leve o moderada, por una parte, y la malnutrición grave, por otra. La mal nutrición grave comprende el marasmo (carencia general de proteínas y calorías) y el kwashiorkor (carencia de proteínas) y está mucho menos extendida que la malnutrición leve o moderada. En las poblaciones en que la malnutrición es endémica, se ha observado una relación constante entre el retraso del crecimiento, el bajo rendimiento en las mediciones globales de la capacidad intelectual (como el cociente de inteligencia o las pruebas del cociente de desarrollo) o en mediciones de determinados procesos cognoscitivos (como la atención o el aprendizaje).
Los estudios sobre los efectos de los suplementos nutritivos en los lactantes y niños expuestos al peligro de la malnutrición han demostrado que esos suplementos tienen un leve efecto beneficioso sobre el desarrollo mental y el desarrollo de la capacidad motora de niños de hasta 36 meses. Sin embargo, no se han demostrado los efectos de los suplementos en los niños de más edad, salvo en los casos en que, además del suministro de suplementos, se ha proporcionado instrucción a los niños y a las madres.
En resumen, se pueden derivar las siguientes conclusiones de los datos sobre los efectos de la malnutrición sobre el desarrollo mental y sobre las medidas por atenuar los efectos negativos:
a) La malnutrición proteínico-calórica crónica y aguda durante los primeros meses de vida tiene consecuencias a largo plazo para el desarrollo infantil. La rehabilitación nutricional, complementada con el estímulo psicosocial en el hogar, puede ayudar al niño a superar su incapacidad mental. En lo que se refiere a la política social, obviamente es preferible concentrarse en la adopción de medidas preventivas a fin de que el niño no sufra malnutrición proteínico-calórica aguda, que exige medidas correctivas muy costosas;
b) Los niños que consumen pocas calorías llegan a un estado de equilibrio energético reduciendo su nivel de actividad; se desconocen las consecuencias funcionales concretas de este mecanismo de adaptación. Sin embargo, durante la lactancia y el período preescolar, el niño aprende mediante la exploración del medio que lo rodea; por lo tanto, la reducción del nivel de actividad puede tener consecuencias negativas considerables para el desarrollo mental de los niños mal nutrido.
LACTANCIA MATERNA Y DESTETE
La lactancia materna tiene múltiples consecuencias para el desarrollo del niño. Los beneficios de carácter inmunológico y nutricional que ofrece tienen especial importancia en los países en desarrollo, en que el niño puede crecer en malas condiciones de sanidad e higiene y en que son comunes las enfermedades transmisibles. A pesar de los efectos beneficiosos de la lactancia materna, el uso del biberón está aumentando en muchos países en desarrollo debido principalmente a circunstancias socioeconómicas que separan al lactante de la madre que lo amamanta. Se han mencionado las limitaciones relacionadas con el trabajo, la mal nutrición y la enfermedad de la madre, así como la falta de leche materna, como causas del abandono de la lactancia materna, especialmente en los grupos de bajos ingresos. El descenso mayor en cuanto a magnitud y duración ha ocurrido en los países de América Latina.
Las prácticas inadecuadas de destete, especialmente la insuficiencia nutricional de los alimentos de destete (por ejemplo, el poco valor nutritivo o el consumo poco frecuente) y la falta de higiene en la preparación de esos alimentos son un problema muy común en los países en desarrollo que expone a un gran número de niños pequeños a la diarrea y a la malnutrición. Un elemento importante de la lactancia es la edad en que la leche materna deja de ser adecuada como fuente de nutrientes. En un informe se llega a la conclusión de que, en ciertas condiciones, la leche materna puede no ser suficiente como única fuente de nutrientes ya a los tres meses de edad (Comité de Programas Internacionales de Nutrición, Consejo Nacional de Investigaciones, 1983). Por lo general, se necesitan nutrientes complementarios de los cuatro a los seis meses de edad. Las propiedades inmunológicas de la leche materna ofrecen protección durante la lactancia, pero la ingestión de calorías y proteínas durante la última parte de ese período por lo general no basta para mantener el nivel de crecimiento y de actividad del niño.
ENFERMEDADES TRANSMISIBLES
Las enfermedades transmisibles, cuando no ocasionan la muerte del niño, afectan el desarrollo mental al reducir el nivel de energía y limitar la capacidad del niño para aprender e interactuar con otras personas. Se ha investigado a fondo el efecto de las enfermedades infecciosas sobre el crecimiento físico de los niños. Sin embargo, la información sobre los efectos de las enfermedades en el desarrollo mental es mucho más limitada.
Al examinar la relación entre las enfermedades durante los primeros seis meses de vida y el rendimiento registrado en pruebas del desarrollo mental y de la capacidad motora, un estudio realizado en Taiwán reveló" que los niños sanos estaban mucho más adelantados que los afectados por uno de dos conjuntos de enfermedades, o ambos, agrupadas bajo la dominación de gastroenteritis e infecciones de las vías respiratorias superiores (Pollitt, por publicarse).
Todas las infecciones afectan a la nutrición. La diarrea, por ejemplo, afecta a casi todos los niños de los países en desarrollo, que en promedio tienen tres o cuatro episodios al ano. La diarrea se convierte en una grave amenaza para la salud en alrededor del 10% de los casos y es la causa de casi la tercera parte de la mortalidad en la niñez. La repetición de los ataques de diarrea limita la capacidad de absorción de nutrientes del organismo del niño y causa debilidad, pérdida de peso, susceptibilidad a otras infecciones y retrasos en el crecimiento. Según un estudio del Banco Mundial, "esta combinación es la causa principal del déficit crónico de crecimiento, físico y quizá mental, de más de 200 millones de niños desposeídos en el mundo.
MEDIO FAMILIAR
Las tensiones familiares
La supervivencia del niño y su desarrollo físico y psicológico dependen totalmente del cuidado de otros. Sobre todo, en la primera etapa de vida, lo más probable es que el cuidado del niño esté a cargo de los padres o la familia extensa, que comprende los miembros de un grupo familiar en que la responsabilidad de criar el niño es compartida por personas distintas de los padres.
En casi todas partes, la familia, como institución, se encuentra sometida a diferentes tipos de tensión. Para citar solo un ejemplo, los problemas de las zonas rurales donde las familias más pobres, por lo general sin tierras, no pueden ganarse el sustento, así como la atracción de las oportunidades económicas aparentemente mejores que ofrecen las ciudades, crean considerables tensiones tanto en las familias urbanas como en las rurales. Una de las consecuencias es la migración de parte o de toda la familia hacia una vida incierta en los tugurios y barrios marginales. Uno de los resultados de este proceso migratorio, además del aumento natural de la población, es el hecho de que cada vez más familias de bajos ingresos viven en las ciudades luchando por sobrevivir.
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