Desarrollo del niño es un proceso dinámico en que resulta sumamente difícil separar los factores físicos y los psicosociales, salvo en términos conceptuales. En estas condiciones, el desarrollo psicosocial consiste en el desarrollo cognoscitivo, social y emocional del ni no pequeño como resultado de la interacción continua entre el niño que crece y el medio que cambia. La memoria, la atención, el raciocinio, el lenguaje y las emociones, así como la capacidad general de obrar recíprocamente con el medio físico y social, dependen de la maduración biológica del sistema nervioso central y del cerebro. En consecuencia, se requiere un nivel mínimo de bienestar físico como condición previa para que funcionen los procesos mentales. Por otro lado, la tensión psicológica puede producir trastornos físicos y afectar negativamente a la salud y el desarrollo físico del niño. Las diferencias del medio ecológico y cultural afectan profundamente al desarrollo tanto físico como mental. La acción reciproca con el medio define el carácter de las aptitudes y conocimientos
adquiridos y la forma en que se los valora; las experiencias de aprendizaje de los hijos de los agricultores de Java occidental serán algo distintas de las de los niños pastores del altiplano boliviano, y cada grupo social valorará especialmente aquellos conocimientos que resulten más necesarios en su medio. Además, el grado de complejidad del grupo social, ha manifestado por sus instituciones, desarrollo económico y progreso técnico, determinará la complejidad de las aptitudes y conocimientos necesarios.
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